Es una realidad que los bancos cada día son más vendedores de productos financieros que bancos en el sentido clásico de la palabra, es decir, la entidad financiera que se ocupa de pagos y cobros, que da créditos y que hace depósitos a plazo. No tiene nada de malo que los bancos vendan productos financieros de todo tipo. No obstante, el problema surge cuando su forma de ganar dinero es vender de todo a todo el mundo sin considerar si el producto es adecuado para la persona que está al otro lado del mostrador. Y peor todavía: que le hablen de «asesoramiento» cuando se trata de una simple y pura venta de un producto.
Y desde que los ingresos -o incluso la supervivencia- de las entidades financieras -su cuenta de resultados- dependen cada vez más de los ingresos que les proporciona la venta de productos, cada vez se separan más los intereses del banco de los suyos. En otras palabras: cada vez es más habitual, desgraciadamente, que lo que le aconsejen comprar sea lo que le interese vender al banco y menos a usted.
Pero usted puede ahorrar o invertir sin perder dinero en el intento. Y sin tener por ello que dejar de trabajar con la banca, su banco u otras entidades financieras. En absoluto. En el fondo, con unas cuantas ideas claras, estará en condiciones de entrar por la puerta de una entidad financiera y salir con lo que necesita. Sólo tiene que seguir unas sencillas reglas. Por eso éste es su libro. Es el «kit de supervivencia» con el que puede entrar tranquilo en la selva financiera, obtener una rentabilidad razonable para sus ahorros y dormir tranquilo.