12 de julio de 1873: los 'voluntarios movilizados' de Cartagena proclaman un cantón republicano autónomo. Mientras izan la bandera roja sobre las fortificaciones y los buques de guerra atracados en la bahía, decenas de ciudades españolas declaran también sus cantones. Los insurgentes pretenden dar a la República, proclamada cinco meses antes, una constitución federal 'desde abajo'. Enfrentados al ejército regular, casi todos los cantones se rinden en menos de un mes. El de Cartagena resiste cinco meses más, haciendo también frente a las marinas europeas, preocupadas por la formación de un nido de piratas 'comunistas'. Al final, los insurrectos se rinden en enero de 1874. Cientos de insurgentes logran fugarse a Argelia, mientras decenas de otros son deportados sin juicio a Filipinas y a las islas Marianas. Los cantonalistas tuvieron la intención de fundar en Cartagena una república social y federal que dibujaba la posibilidad de una revolución de todo el Imperio español, tanto en la península como en ultramar. Contra los tópicos sobre el atraso de político español, este libro pretende mostrar la importancia del episodio cantonal para la historia global de las revoluciones, del socialismo y de las emancipaciones coloniales. Y lo hace dando voz a categorías marginadas por la historia clásica del trabajo: los campesinos, los trabajadores de los arsenales, los quintos y marineros, y finalmente las mujeres de las clases populares. Redescubrir la historia del Cantón de Cartagena permite desvelar conexiones imperiales y transnacionales insospechadas y otros imaginarios más globales: el del abolicionismo atlántico, el del internacionalismo obrero y el proyecto, más contradictorio, de una emancipación colonial.