La ciencia y el pensamiento tienden a despreciar la imbricación que existe entre «lo moral-social» y «lo económico».
Las normas, los valores, la confianza y las redes de relaciones interpersonales apenas se encuentran referenciadas como inputs-causa (determinantes) de la situación concreta de la economía y tan siquiera como coadyuvantes para su mejora.
Todo lo que sale del más puro cuantitativismo y bordea la esfera de lo intangible es obviado o tachado de «extraeconómico»; aun más cuando este evento acarrea el debate moral.
El estudio de la variable-paradigma CAPITAL SOCIAL, que en lo concreto recoge la aportación económica de la dimensión social, ha crecido en los últimos años de una manera casi exponencial; teniendo entre sus referentes teóricos e impulsores a profesores tan destacados como James Coleman, Robert Putnam, Nan Lin y otros.
Los valores importan porque perfilan las preferencias y las elecciones 'prosociales o antisociales' que efectúan los individuos. Las redes sociales (familia, comunidad, asociaciones, contactos, la sociedad en su conjunto) también son relevantes y entran al juego desarrollando su propia multiplicidad de funciones socioeconómicas que benefician en lo expresivo y en lo instrumental al sujeto, al colectivo del que es miembro y al agregado social en general.
Este glosario, único en la materia, tiene un múltiple propósito que preciso tal cual en el de reunir la extensa terminología que directa e indirectamente se vincula al mundo del capital social, y en el de mostrar la certeza de la contribución que esta variable-paradigma imprime en el nuevo pensamiento económico y social