«Los derechos, todos ellos, son un invento humano. La noción de derecho no tiene ADN ni compuestos tangibles. Uno no puede ver derechos bajo un microscopio... Los derechos pertenecen a un abstracto producto de la mente humana. Hay muchos intelectuales que, por este motivo, sostienen que la expresión derechos humanos es una redundancia: un derecho no puede ser otra cosa que humano». Priscila Guinovart Este libro no pretende definir posturas y aporta sentido común a los favorecedores o detractores del animalismo, que en ocasiones terminan defendiendo sus posturas de manera demasiado personal. El autor quiere llamar la atención sobre la tendencia de quienes quieren trasladar determinados derechos a los animales. Pero este propósito tiene un vació moral que es difícil de definir, porque los derechos llevan consigo responsabilidades que un animal no puede asumir porque sus actos corresponden a su instinto no a su voluntad. Frente a esta postura, también existe un animalismo positivo que no comparte que se pueda maltratar a cualquier criatura de la naturaleza por el simple capricho de hacerlo. La naturaleza, durante decenas de miles de años, ha dotado de alimento animal y vegetal al ser humano, y también en numerosas ocasiones algunas especies han sido valiosísimas herramientas imprescindibles para el desarrollo y evolución de las sociedades existentes. Hoy se pretende esconder estos hechos, se quiere dar la misma carta de naturaleza a humanos que al resto de los seres vivos... ¿Estamos ante un error de la filosofía? ¿Responde más a una línea inoculada de sentimentalismo social? ¿Encontramos una respuesta abierta de los animales semejante a la que mostros les concedemos? Descubre el análisis valioso y valiente que César Alcalá propone en este libro y que ayuda a razonar profundamente independientemente de tu postura. «El director de un zoológico permite que un chimpancé duerma y que se exceda, mientras que si se le ocurriera poner a dormir al bedel o al vendedor de entradas sería increpado con gritos de indignada incredulidad». Richard Dawkins «Los animalistas son antiespecistas y sus convicciones les lleva al veganismo. Conscientes de que su pelea es parte de la lucha contra todas las formas de discriminación, contra la esclavitud, el racismo y el sexismo, contra la explotación de seres humanos por otros seres humanos y de algunas naciones por otras naciones No separan la defensa de los animales de la defensa de los derechos humanos». Corina Pelluchon «Las plantas existen para los animales, y los demás animales, en beneficio del hombre; los animales domésticos para su utilización y alimentación; los animales salvajes -sino todos, al menos la mayor parte de ellos-, para alimentarnos u otras necesidades, como el vestido, medicinas y como otros utensilios». Aristóteles