Las nuevas políticas públicas plantean una nueva relación entre poderes públicos y ciudadanía, lo que adquiere una especial relevancia en el ámbito urbano. La proximidad a la población y al territorio permiten flexibilidad y adaptación ágil a las diversas problemáticas. Esta investigación multidisciplinar es pionera en demostrar que instrumentos innovadores, como la acción comunitaria en salud, son evaluables en su diseño y en su impacto. Para ello, se elabora un índice de acción comunitaria que nos permite valorar la intensidad de su implantación, despliegue y actividad y, por tanto, la comparación de su funcionamiento en distintos casos. El estudio también demuestra el impacto positivo que la acción comunitaria ha tenido en la salud de la población: se muestra la evolución de los indicadores de salud en los barrios de Barcelona en la última década y la relación de esa evolución con la intensidad de la acción comunitaria en salud en cada barrio. La comparación de este impacto se completa con el análisis en profundidad de la experiencia de cuatro barrios: discursos, agendas y procesos permiten identificar los factores que condicionan el despliegue de la acción comunitaria en salud y, por tanto, el potencial de este instrumento innovador para mejorar el bienestar de las personas.
