Leer a Berlant no es cosa sencilla: su potente instrumental analítico, que apela a la cultura popular, al cine, a los personajes de la esfera pública, a la subordinación de lo femenino y lo infantil, a los modelos de vida buena y la interpelación constante al sentimiento, hace que resulte difícil encasillar su obra en una lógica disciplinaria. Pensadora de intersticios, la autora se centra en dos aspectos relevantes para iluminar la realidad actual: en primer término, el planteamiento de un poderoso vínculo entre la elaboración de los mundos políticos y las emociones como experiencias de articulación de "lo nacional" y de lo identitario. En segundo lugar, la clave transclasista de esta sentimentalidad que tiende a producir la fantasía de la desaparición de las desigualdades y estructuras de clase.
Un libro como el de Lauren Berlant es una bocanada de aire fresco y un redoblado impulso crítico para repensarnos como sociedades.
"La saturación de la escena contemporánea vuelve cada vez más compleja la tarea de comprender y, especialmente, la de producir un mínimo de inteligibilidad desde el pensamiento crítico. Desgastadas las categorías para nombrar el mundo y, con ello, dotarlo de sentido; arrinconado o desdibujados los saberes críticos por la emergencia y proliferación de 'expertos' mediáticos que trazan sin pudor las coordenadas de nuestras catástrofes y orientan los debates en la agenda pública, y de cara a la aceleración de los indicios e indicadores sobre el fracaso incontestable del modelo económico-político dominante."
Rossana Reguillo (autora del prólogo)