La globalización de la actividad económica y los mercados internacionales han hecho necesaria la armonización de los criterios y normas de elaboración y presentación de la información financiera de las empresas. Esto permite la comparabilidad de sus datos, lo que resulta útil para la toma de decisiones de los usuarios y para una adecuada rendición de cuentas. Este proceso de armonización contable internacional se ha trasladado a la normativa de la Unión Europea, que en 2005 adoptó las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) para la presentación de las cuentas consolidadas de los grupos de sociedades que coticen en Bolsa. Esta medida incidió decisivamente en las políticas contables de los Estados Miembros. Así, en España se reformó la legislación mercantil y se aprobó un nuevo Plan General de Contabilidad (PGC) en 2007, adaptado a esas NIIF. Este PGC se complementó ese mismo año con el PGC de Pequeñas y Medianas Empresas (PGC-Pymes), en 2010 con las Normas para la Formulación de Cuentas Anuales Consolidadas (NFCAC) y en 2011 con las Normas de Adaptación del Plan General de Contabilidad a las entidades sin fines lucrativos. En la misma línea de la internacionalización y globalización de nuestras economías, a partir de 2010 las universidades españolas han adaptado sus enseñanzas y estructuras a los requerimientos del Espacio Europeo de Educación Superior. La innovación educativa que supuso este cambio en nuestro sistema universitario precisaba de instrumentos formativos y medios para desarrollar una docencia adaptada a los nuevos principios y objetivos de la reforma de nuestras enseñanzas. En tal sentido apareció ese mismo año 2010 la primera edición del libro Fundamentos de contabilidad financiera, como un instrumento útil de estudio y formación para los estudiantes de esta disciplina, pero también como obra de consulta en el ámbito de la actividad profesional de las empresas.